Cuándo ustedes se casaron, eran felices y querían serlo para toda la vida. Si hubieran pensado que su matrimonio no sería un camino de felicidad, pienso que ninguno se habría casado. Nosotros nacimos para ser felices; no nacimos para ser aproblemados, para estar agobiados, para la tristeza. Y la pregunta que, después de muchos años de matrimonio, se hace la mayoría de las personas es: ¿Es posible ser felices? ¿Es posible tener una vida esponsal, matrimonial, familiar, feliz? Uno ve que en muchos matrimonios no reina la felicidad. Eso que se inició con muchos anhelos, con mucha esperanza, muchas veces termina en un fracaso, en una ruptura, en una separación, en un divorcio.
Actualmente, los matrimonios se casan hasta el momento en que dure esa felicidad. Porque más o menos se calcula que se terminará.
En torno a esta ley del divorcio vincular, alguien me envió una carta; era la carta de un papá a un hijo que todavía no había nacido, pero que estaba en camino. Y este papá le decía a su hijo que aún no nacía más o menos lo siguiente:
“Nos alegramos que tú vengas; te ofrecemos nuestro hogar. Pero desgraciadamente no podemos asegurarte que ese hogar será para siempre. ¿Por qué? Porque tal vez nosotros no siempre vamos a seguir juntos… En todo caso, te deseamos que seas muy feliz; que te abras caminos, que en el futuro, encuentres la felicidad. Pero, seguramente, nosotros estaremos en otro lado… pero te deseamos lo mejor…”
Este es el ambiente que existe en torno a un matrimonio que no tiene asegurada la felicidad, que ve a su alrededor y ve cómo muchos matrimonios han perdido la alegría de ser un matrimonio feliz; que el matrimonio se ha transformado en una especie de pesadilla, en una carga; en el cual también los hijos son una carga.
En este contexto, a nosotros se nos plantea una pregunta muy importante:
¿Somos capaces nosotros de mantener un matrimonio feliz, para siempre?
¿Somos capaces de tener un matrimonio pleno, con deseos de estas siempre juntos, en familia?
¿O sentimos nuestro matrimonio como un tedio, como una pesadilla y cuya única solución es la separación para poder vivir y volver a rehacer la vida, porque la vida ya se destruyó, ya se perdió?
¿Es posible ser verdaderamente felices como esposos?
Se dice, y con mucho acierto, que los matrimonios que se separan no es porque hayan tenido menos problemas que aquellos que no se separan. Si miramos las estadísticas, no damos cuenta que los matrimonios que no se separan también tienen conflictos. En general, la vida no es fácil para todos.
La vida tiene problemas; existir en la tierra, luchar no es algo fácil. ¿Cómo mantenemos nosotros nuestra vida matrimonial como una vida plena? ¿Cuáles son las claves de un matrimonio feliz?
Por eso, hoy aquí tengo la solución que buscabas para ayudarte a recuperar tu Matrimonio en 40 días.